Información para pacientes

¿Qué consecuencias producen las infecciones quirúrgicas?

Las infecciones asociadas a la cirugía provocan un aumento de la morbilidad (enfermedad y complicaciones postquirúrgicas), de la mortalidad y de la duración de las estancias hospitalarias, por lo que constituyen, no solo un problema de salud para la persona, sino también una enorme carga económica para todo el sistema sanitario. En promedio, el coste extra de atender a un paciente con infección quirúrgica en hospitales españoles puede estimarse, sólo en costes asistenciales, en más 10.000 euros por paciente infectado.

Las consecuencias de padecer una infección quirúrgica pueden ser muy variables. Muchas veces ocurre solamente una mínima infección superficial de uno o varios puntos de la herida, que se resuelve pronto con curas locales. En otras ocasiones, es de mayor gravedad, produciendo una infección profunda, que cursa con abscesos y requiere de tratamiento antibiótico intenso. Finalmente, hay infecciones quirúrgicas muy graves que dan lugar a septicemia (presencia de microorganismos en la sangre) o infección de órganos internos (peritonitis, endometritis, endocarditis, mediastinitis, etc) que son muy graves y ponen en peligro la vida del paciente.

Algunas infecciones quirúrgicas no producen efectos graves al principio, pero son el origen de otras complicaciones futuras, que afectan gravemente a la salud del paciente. Por ejemplo: la infección de una prótesis de cadera o rodilla, que obliga a cambiar varios meses después la prótesis, o el caso de las eventraciones abdominales por infección de la herida quirúrgica, que obligan a llevar faja de modo permanente y reducen la capacidad respiratoria del paciente y su autonomía.

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